Una familia mendocina necesitó $13.000 en mayo para no caer en la pobreza. El nivel de incremento de la Canasta Básica Total prueba la falacia de la “lucha” contra la inflación.

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Un hogar mendocino precisó en mayo $8.441 para pasar de la indigencia a la pobreza. Según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE), la Canasta Básica de Alimentos (CBA) costó $4.924 en el último mes, mientras que la Canasta Básica Total (CBT) ascendió a $12.998. La diferencia entre una y otra prueba que gran parte de la inflación tiene que ver con los gastos en servicios básicos, educación, transporte, y bienes de primera necesidad, cuyos precios no son controlados.

La CBA está determinada por el conjunto de alimentos que permiten satisfacer un mínimo de necesidades energéticas y proteicas. Los hogares que no cuentan con los ingresos necesarios para cubrir este gasto se encuentran por debajo de la línea de indigencia.

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El 25% de los hogares de la provincia son pobres. Esto tiene relación directa con el ascenso de la Canasta Básica Total, que le gana por amplia diferencia al ingreso familiar promedio de las familias pobres.

La Línea de Pobreza establece si los hogares tienen capacidad de satisfacer un conjunto de necesidades alimentarias, y de bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, etc.), considerados como “esenciales”.

La diferencia entre la CBA y la CBT, en las mediciones económicas y sociales, se establece a través del coeficiente de Engels, relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales. Este valor, desde 2016 es cada vez mayor, lo cual prueba que lo que más tira para arriba el costo de vida son las variables que manejan el gobierno nacional y el provincial. En algunos tiene incidencia directa como los servicios básicos, gastos para salud, transporte y educación, y en otros no parece desvelarse por controlarlos como es el caso de la indumentaria.

Fuente: DEIE

Si observamos el “cuadro 2”, extraído del “Índice de Precios al Consumidor del Gran Mendoza, de Mayo de 2017”, vemos que en 2017 “Vivienda y Servicios básicos” sumó 27,7% , muy lejos de “Alimentos y Bebidas” que creció 9,3%. En esa línea los gastos en educación también se encuentran entre los que más crecieron: 17,4% en cinco meses.

Alcanzar la pobreza tiene un costo cada vez mayor. Así lo demuestran los números de las mediciones locales. En abril de 2015 el índice Engels era de 2,26, en abril de 2016 se mantenía en el mismo valor, pero después del primer tarifazo alcanzó, en septiembre de 2016, a 2,52, y en mayo de 2017 subió a 2,64. Estos puntos equivalen a una diferencia de $8.441 entre la línea de la indigencia y la línea de la pobreza.

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Conforme al último estudio de la DEIE los hogares “pobres” de la provincia subsisten con un ingreso total familiar de $ 8.434, mientras que su CBT es de $ 12.998. Es decir que deberían sumar a sus ingresos mensuales $4.534 para alcanzar la totalidad de la canasta de bienes y servicios.

En el estudio “Incidencia de la pobreza y de la indigencia en las zonas urbanas de Mendoza”, presentado en enero por el gobierno de Mendoza, se asegura que el 25% de los hogares de la provincia son pobres. Esto tiene relación directa con el ascenso de la CBT, que le gana por amplia diferencia al ingreso familiar promedio de las familias pobres. A seis meses de aquella declaración, la máquina de liquidar salarios no paró y sigue avanzando con la misma fuerza que la destrucción de empleos.