La semana pasada Alicia Maldonado fue brutalmente agredida por vecinas del Barrio Cano en el que vive y milita. En diálogo con EL OTRO, la geógrafa y feminista denunció el surgimiento de reacciones “microfascistas”, con apoyo policial, que se traducen en agresiones de grupos fanáticos hacia las mujeres que promueven la organización de base territorial. Ayer por la tarde, en un claro gesto político de sensibilidad y protección, la vicegobernadora Laura Montero visitó a Maldonado en su casa. Respuestas positivas de la Justicia y organismos del Estado.

Fotos: Cristian Martínez

El viernes 29 de junio, Aysam restringió el suministro de agua potable en zonas de la Sexta Sección de la capital de Mendoza. Entre otros lugares, el Barrio “Gobernador Guillermo Cano” se quedó sin agua.

Una de las personas encargadas de gestionar soluciones ante este tipo de inconvenientes es Alicia Maldonado, quien, además de ser militante feminista y una de las fundadoras de la conocida “Feria Ameri Cano”, forma parte del equipo que administra el consorcio de más de 500 viviendas donde habitan casi 2500 personas.

Alicia no pudo solucionar la falta de ese servicio esencial, esta vez, porque dos de sus vecinas la agredieron físicamente, primero, en la puerta de su propia casa, y luego, en las cercanías de la comisaría del barrio, a donde fue a radicar la denuncia junto a otras dos compañeras, quienes también sufrieron golpes. “Chilena, puta y abortera”, fue el insulto recurrente que recibió Maldonado mientras la lesionaban con piñas y patadas.

Esta situación sumamente violenta se da en el contexto de otros episodios de estigmatización y agresiones directas sufridas por mujeres mendocinas que participan activamente en favor del aborto legal, seguro y gratuito. Basta recordar que hace quince días atrás, la estudiante de Trabajo Social y militante de Franja Morada, Micaela Tapia, recibió una golpiza en Godoy Cruz por parte de cuatro transeúntes que, además de agredirla físicamente, le robaron el pañuelo verde que llevaba colgado en su mochila. “Me hicieron saber que estaban ‘a favor de la vida’, me dijeron ‘ojalá algún día te violen’ y me tildaron de puta y asesina”, relató Micaela a este diario.

En el caso de Alicia Maldonado, las agresiones impunes se complementaron con preocupantes acciones de violencia institucional. Ya que tuvo que soportar, según denunció públicamente, la irrupción de dos policías armados, sin identificaciones, en su domicilio, quienes intentaron sacarla de la vivienda, sin explicación ni orden judicial.

En esa misma casa donde sucedieron los repudiables hechos, EL OTRO dialogó con la geógrafa chilena, quien aún tiene en su cuerpo las marcas visibles del odio recibido pero evidencia a la vez su energía de lucha.

¿Qué hacés en tu vida cotidiana, y aquí en el barrio?

Soy geógrafa, doy clases y soy una de las organizadoras de la “Feria Ameri Cano”, una de las más antiguas. Éramos un grupo como de 12 mujeres y ahora somos 300. Comenzamos vendiendo cosas y luego la organización se fue transformando hasta hoy que nos definimos como una organización feminista de base territorial.

En la Feria no hay un solo feminismo ni todas las mujeres pensamos igual. Participan distintas corrientes, incluso algunas en contra del aborto. Pero eso no quiere decir que no se identifiquen con la Feria, que tiene asistencia jurídica gratuita de AAMJUS (Abogados y Abogadas por la Justicia Social) que asesoran y acompañan a feriantes y clientes. Además, tenemos una radio abierta, hacemos talleres, trajimos a la Femilonga Libertango, una milonga disidente.

En general desarrollamos una serie de actividades que fortalecen la vida comunitaria y el establecimiento de redes, siempre con una perspectiva de género, y hemos logrado vincular el Barrio Cano con la Sexta Sección, pero también con el Barrio San Martín.

Todo esto ha generado una comunidad con procesos de los cuales nos sentimos orgullosas, y también resistencias muy fuertes con el surgimiento del microfascismo que estamos experimentando. En mi caso con una agresión violentísima por parte de dos vecinas que al parecer son neonazis.

¿Hay antecedentes de estas actitudes reaccionarias?

Años atrás quisieron algunas personas cerrar la Feria y las mujeres organizamos una mateada muy grande que tuvo cobertura de los medios y un apoyo de la sociedad en general. Sabemos que tenemos ese apoyo que excede al barrio. Ahora con este tema del aborto las tensiones se extreman y generan grupos pequeños que se han fanatizado y agreden, como me agredieron a mí, pero también a otras chicas que sufren ataques en el colectivo por llevar el pañuelo verde.

Y esto es paradójico porque acá conozco a todo el mundo, ganamos las elecciones del consorcio con el proceso más participativo de los últimos 20 años. A partir de la Feria se fue regenerando el tejido social, se generó un nuevo consorcio, iluminamos las plazas y el barrio está prontamente a ser declarado monumento nacional. Esto, sin embargo, generó la oposición de ciertos sectores, sobre todo los más vinculados a un fanatismo religioso, con esta cacería de brujas que están llevando adelante.

¿Estas vecinas viven solas o están acompañadas?

Ambas están casadas y ambos maridos me han denunciado por amenazas. Han dicho que yo les decía “negras de mierda”, que es un vocabulario que yo no uso porque en Chile no se utiliza eso como ofensa, y porque no está dentro de lo que yo diría, no soy así. Son acusaciones que me hacen para justificar la golpiza que me dieron. Además dicen que mi hijo les robó una moto, cosa que es mentira. Él es muy buen chico y estudia Ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional.

Todo esto ha generado una polarización que tiene que ver con quienes repudian la violencia, y grupos vinculados al poder y la policía que creen tener aval para violentar a quienes pensamos distinto.

¿Se supone que la policía debe hacer cumplir la ley?

Yo creo que eso no pasa en ningún lado. Creo que el Estado solo garantiza el regenteo, la exclusión y la muerte, y que los distintos Organismos de Derechos Humanos le arrancan unas garantías a ese Estado para asegurar la vida, como la despenalización del aborto o las políticas en contra de la violencia institucional.

Esta situación en la que la policía avala la violencia es lo normal, si tienes en cuenta que no hace mucho mataron a un chico con un tiro en la cabeza.

¿Esto es de ahora o viene desde hace tiempo?

No, yo creo que la policía nuclea a personas que conforman una especie de gran familia que se van bancando entre ellos, a través de un hostigamiento de baja intensidad, como es el caso de estos vecinos, y de alta intensidad cuando están vinculados a redes de trata y narcotráfico.

¿Respuestas oficiales?

Ayer fuimos a la Unidad Fiscal, acompañadas de la directora de Derechos Humanos de la Provincia y tuvimos una buena respuesta. Creo que ayudó mucho la visibilidad que logramos del conflicto y la movida que hicimos que tuvo eco en muchas organizaciones de Derechos Humanos y en organismos del Estado. También es para destacar el apoyo de Cecilia Diez del municipio de Capital.

Dictaron la restricción de acercamiento y comunicación para las dos vecinas. No sé si esto va a mejorar las cosas o las va a empeorar, porque estas familias vinculadas a la policía lo que hacen es actuar sin importarles la ley o la Justicia. No les importa tener una causa más o una causa menos, ya que, en definitiva, ellas están en la red que administra la coerción del cuerpo.

Espero que esta situación sirva para visibilizar el conflicto y muestre cómo estos grupos fanáticos, fascistas y neonazis están vinculados a la policía y que no nos terminen “cagando a tiros” como dicen que van a hacer.

Pese a esto he sentido una solidaridad muy grande que no ha provenido de un partido político particular, sino que hemos sido las mujeres y los cuerpos feminizados las que hemos logrado todo este acceso a la Justicia. La visibilización tiene que ver con el feminismo que rompe el cerco patriarcal para garantizarme la vida mediante el apoyo de mi comunidad. El grupo de apoyo que me cuida son mis compañeras feministas y mis vecinas.

¿No está dentro de tus planes abandonar este hogar? ¿Qué sigue en torno a la organización y la visibilización del conflicto?

Yo soy propietaria y si me voy de aquí no va a ser por esto, en principio. Si siento que mi vida continúa corriendo peligro, lo pensaré mejor. Sé que he sido bastante viajera y no me voy a arriesgar de más.

Este sábado, como todos los sábados, estaremos compartiendo la Feria con el apoyo de Radio La Mosquitera y la Cooperativa La Lagunita. Haremos una radio abierta para seguir visibilizando el conflicto y mostrando que podemos romper con los patrones establecidos si nos recostamos en la fortaleza colectiva.

 


 

Valioso gesto político de Montero

Foto: Twitter Laura Montero

En una muestra de sensibilidad y sororidad, poco frecuente en un gobierno con una marcada impronta machista, Laura Montero visitó a Alicia Maldonado en su casa del Barrio Cano.

“Vine a ver a Alicia Maldonado, quería saber cómo estaba después de los violentos sucesos que sufrió en su casa del barrio Cano. Ella, su hijo y sus amigas me contaron lo que viven a diario” (sic), expresó la vicegobernadora en su cuenta de Twitter donde además posteó: “Me contaron también sobre el gran trabajo social que realizan en el Cano desde la feria Americano, experiencia que buscaremos fortalecer articulando esfuerzo y energía y trabajo con la LegislaturaAbierta” (sic).

Según confiaron fuentes calificadas a este diario, la dirigente radical concurrió al edificio del Cano donde se encuentra la Comisaría y Unidad Fiscal donde Maldonado realizó las denuncias por las agresiones sufridas. Allí, Montero se interiorizó de la situación judicial y les transmitió a las autoridades de la fiscalía y la policía su preocupación por la integridad y seguridad de Alicia, su familia y compañeras.